¿Cómo elegir el calzado de esquí?
El secreto para disfrutar plenamente en las pistas
¿Quién no se ha quejado alguna vez de sus botas de esquí en lo alto de las pistas nevadas? Todos hemos experimentado la sensación de tener los pies helados o el deseo de hacer una pausa para airear los dedos, y a veces incluso hemos tenido que interrumpir una jornada de esquí.
Y, sin embargo, hay una forma de hacer que los días de esquí sean mucho más agradables. La elección de nuestras botas de esquí es primordial porque puede marcar realmente la diferencia, aunque a veces la descuidamos.
Pero, entre todos estos modelos, ¿cómo elegir el que mejor te conviene? Que no cunda el pánico, ¡te lo explicamos todo!
Hemos recurrido a Laurent Tacussel, bootfitter y responsable de formación de Bootfitting, que nos guiará en la búsqueda de la mejor bota de esquí para afrontar el invierno sin aprensión.
¿Por qué es tan importante la elección?
Los perfiles de pie son únicos, es imposible fabricar una bota de esquí que se adapte a todo el mundo.
Los tipos de esquiadores también son muy variados. Algunos querrán ante todo comodidad, con calzado fácil de poner y quitar, otros rendimiento, o ambas cosas.
Por regla general, acortamos la jornada de esquí por incomodidad, frío o cansancio. Afortunadamente, es posible optimizar unas botas introduciendo cambios significativos. Con soluciones de coste medio se puede aumentar el confort y, por tanto, el rendimiento.
Aquí tienes los 4 pasos para aumentar tu comodidad y rendimiento al esquiar:
1. Busca la carcasa más adecuada
Es fundamental hacerse un buen análisis del pie, idealmente con un especialista. Incluye: medida del pie en Mondopoint, medida lateral y de la anchura metatarsal, altura del empeine y forma del talón.
Cada vez son más las tiendas que disponen de escáneres 3D para realizar mediciones imparables. Escanean el pie en 3D con distribuciones de apoyo. Las mediciones precisas e impecables son el futuro.
No dudes en comunicar al especialista tu nivel, él adaptará la elección de la carcasa en función de tus necesidades.
2. Elige una plantilla personalizada
Una vez elegida la carcasa, hay que estabilizar el pie con plantillas, preferiblemente personalizadas. ¡Apuestan al 80% por la comodidad!
Nuestros pies trabajan en longitud, anchura y flexión. Las plantillas moldeadas al pie son una excelente forma de evitar la inestabilidad. Sujetan y controlan el pie, a la vez que distribuyen el apoyo. Además de proporcionar comodidad, estabilizarán nuestros movimientos y se adaptarán a nuestro tipo de pie (plano, neutro o arqueado).
Nuestro pie, al tener un 100 % de apoyo en la plantilla, podrá relajarse y sentirás menos fatiga durante una sesión de esquí.
3. Elegir bien los botines
Puedes elegir entre 3 tipos de botines: el estándar (el de la marca de la bota), el termoformado (que se inserta en el horno para moldearlo a tu pie) y el inyectado (100 % moldeado a la forma de tu pie).
El botín termoformado se amolda a la forma del pie. Aporta aislamiento y ligereza al tiempo que maximiza el confort.
El botín inyectado combina comodidad y rendimiento. Gracias al moldeado, queda poco espacio entre el pie y el calzado. La personalización está optimizada y, por lo tanto, marca la diferencia en términos de comodidad (confort PU) o rendimiento (PU Race).
Recordatorio: es preferible moldear un forro con un par de plantillas, ya que esto aumenta significativamente la calidad del confort y el resultado del ajuste. ¡No se puede construir una casa sin cimientos!
4. No subestimes tus calcetines
La calidad de los calcetines desempeña un papel mucho más importante de lo que podría pensarse. Pueden regular la temperatura en el interior del calzado y combatir así el frío. Deben ser técnicos (¡nada de algodón!), anatómicos (con el pie izquierdo y el derecho separados) y adaptados a tu talla de calzado.
Atención: cuanto más grueso sea el calcetín, mayor será la pérdida de sensibilidad.
Lo ideal: un calcetín fino pero cálido y transpirable.
ALERTA a los errores que no debes cometer con tus botas de esquí
✖ - Coger una talla más que el número de calzado por comodidad.
✓ - Cuando el calzado es demasiado grande en longitud y volumen, el talón se levanta y la estabilidad del pie se ve comprometida. Esto reduce el rendimiento del esquiador y puede provocar una fatiga precoz.
Es fácil: mide tu pie y busca la talla adecuada. La elección de la carcasa, la plantilla y el botín a medida harán el resto.
✖ - Probar el calzado sentado/a en el banco.
✓ - Para probar una bota de esquí de forma óptima, hay que ponerse de pie, en flexión, con los ganchos cerrados y con calcetines adecuados.
✖ - No secar las botas de esquí
✓ - Cuando secas tu calzado, evitas su desgaste prematuro y el crecimiento bacteriano que crea un calzado húmedo y frío. Se puede sacar el botín y la plantilla para que se sequen durante la noche o utilizar pequeños secadores eléctricos. No alteran los botines y tienen una acción antibacteriana e higienizante. Lo recomendamos encarecidamente.
✖ - Seguir esquiando sin revisar el equipo.
✓ - Las botas de esquí se desgastan y los componentes de "plástico" son sensibles a los UVA / UVB. Es importante comprobar el equipo una vez al año, principalmente el estado de los ganchos y las almohadillas de desgaste para la seguridad de las fijaciones.
5- Confía en los especialistas
Si quieres orientarte correctamente hacia el tipo de producto adaptado a tu práctica, nada mejor que los consejos de los especialistas de las tiendas de deporte. Reciben formación y certificación en nuestras instalaciones para dominar las técnicas y escucharán realmente tus necesidades.
Los técnicos comerciales o bootfitters analizarán tus pies y te recomendarán el modelo de calzado adecuado. También podrán moldear plantillas y botines a tus pies y hacer deformaciones de carcasa, si es necesario.
Consulta aquí todos nuestros distribuidores especializados.
La regla de oro: cuanto más se ajuste el calzado al pie, mayor será la comodidad y la capacidad de respuesta.